Todos hemos visto ese perro al que le aterra el solo escuchar la palabra mágica: veterinario. Es normal que tu mascota se altere o se asuste al darse cuenta que va al doctor, pero eso no significa que debas dejarlo lidiar con eso solo. A continuación te presentamos un par de maneras de relajar a tu mejor amigo para esa visita al veterinario.
Darle Cariño
Cuando hablamos de darle cariño no sólo decimos que le rasques la cabecita. Es importante que elijas un lugar cómodo y que le guste el espacio en que habita. Una vez allí háblale con un tono apropiado, una voz dulce y cariñosa que le haga saber que todo va a estar bien. Esta conversación lo pondrá de mejor humor.
Masajéalo
La forma correcta de masajear a tu perro para relajarlo es comenzar con movimientos suaves en su cabecita y sus sienes, bajando hacia sus orejas y su cuello. Poco a poco continúa el camino con tu palma abierta por su columna vertebral, hasta llegar a sus patas y masajea la base de las mismas. Este tipo de contacto físico es fundamental en todo ser vivo.
La próxima vez que debas llevar a tu mascota al veterinario ya sabes, solo debes darle cariño. Háblale de forma dulce y en su rincón favorito de la casa o acarícialo y dale un pequeño masaje. Tu mejor amigo no tiene por qué pasar por el estrés sólo. Ayúdalo y mejora la experiencia para ambos con este par de consejos sencillos y agradables.